Juegos de seducción

Hola todos. La historia de la semana es un desahogo producto del desamor. Muchas gracias a la autora.

Agradecemos también todos sus comentarios.

Un saludo cordial

-- Equipo Soy Anónimo

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Todo empezó en una fiesta, esa noche yo tenía un vestido hermoso, negro ceñido al cuerpo, el cabello suelto que le daba un toque de sensualidad a esa gran noche.

El vestía con un traje negro que le hacía resaltar el color de sus ojos; esos ojos que tan sólo verlos me hechizaron, me transportaron a un mundo lleno de sensaciones que jamás había sentido, él, un completo desconocido para mí pues nunca lo había visto, era el acompañante de otra persona.

Sentados en la misma mesa, él compartiendo con su compañera y yo al lado, acompañada de un trago de whiskey. De repente me invita a bailar. Es más, me acuerdo que era una salsa romántica. En ese momento empezó el juego de la seducción. Todo era maravilloso, él tocándome la espalda suavemente, bajó sus manos hacia la cintura y hasta llegar a mis caderas. Su cuerpo rozándome, suspirándome cerca al oído, excitándome aún más... en ese momento ya todo estaba dicho, estábamos sedientos de pasión.

Terminó la canción, quedamos sin un aliento y luego, con la excusa de ir al baño, él encontró un sitio apartado de todo aquello que pudiese interrumpirnos. Teníamos que terminar aquello que habíamos empezado. Llegué al sitio. Esa noche la imaginación voló, él incontrolado con sus bajas pasiones me llevó al extremo de olvidarme de todo aquello que se dice llamar pudor. En ese momento estábamos perdidos en instantes de pasión; después de tanta sensación exquisita el miedo me ganó, ya era demasiado tarde y la gente empezaría a sospechar... sólo le dije “lo siento, no puedo continuar”. Salí de ese lugar, me despedí de todos. La verdad quería salir corriendo de todo aquello que ese día descubrí. En ese momento creí que nunca más volvería a verlo, pero en el instante en que me iba a subir al carro él apareció corriendo y me dijo, "¡espera! Dame tu número". Desde ese día empezó la incertidumbre que aún tengo.

Al día siguiente me llamó, la verdad el corazón se me quería salir. Quedamos en vernos al otro día, nos encontramos en un bar, nos tomamos unas cervezas, hablamos de nosotros, la verdad la noche aquella no tuvimos el tiempo para hablar. Nos fuimos al apartamento de él, teníamos que terminar lo que yo había dejado a medias. Ese día descubrí qué tan exquisito es el placer de estar con alguien que te hace sentir amada, sensual y que, más allá del pudor, te hace perder la cabeza y que te entregas completamente en cuerpo y alma. Desde ese momento mi vida cambió, seguimos saliendo, tuvimos la oportunidad de estar lejos de lo común con un paisaje hermoso. En ese tiempo llegué a conocer tantas cosas de él que me fascinó, llegó a ser parte del hombre ideal que alguna vez me imaginé.

De repente, un día tanta dicha y felicidad se fue a la basura. Él sin decir nada se alejó de mí; perdí el rastro. Después de unos días me encontré con un amigo suyo, a quien le pregunté si sabía algo. Un poco confundido me respondió: "¿él no ha hablado contigo?", y yo le dije que no. En ese momento me desahogué y le conté todo aquello que sentía por él (La verdad soy una persona cobarde, nunca he sido capaz de expresar mis sentimientos hacia otra persona con mis propias palabras). Después de oírme él sólo me dijo: "mira, lo mejor es que te olvides de él" y yo sorprendida le pregunte por qué. Sólo me dijo "…es lo mejor…"

Ahora me hago mil preguntas pero todas sin respuesta; lo único que sé es que él llegó a despertarme sentimientos y placeres que nunca había experimentado. La verdad no he podido sacármelo de la cabeza. Lo extraño. No sólo es el sexo, es saber que llegaste a compartir cosas maravillosas con ese alguien que algún vez llegué a pensar sería mi hombre ideal.

“El sexo y el amor son una mezcla perfecta para descubrir el exquisito placer de sentir”.

- Anónim@

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Próximamente: "Fantasías con alguien menor"

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