Publicamos la segunda historia de la semana. Seguimos recibiendo sus historias anónimas, al igual que sus comentarios. La intención es publicar todas las historias que recibimos, en ese orden. Recordamos que las historias pueden ser de cualquier tema.
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Tienes una historia acerca de Halloween? Brujas? Miedo? Disfraces? Dulces? Escríbela para publicarla en Octubre.
Salu2.
-- Equipo Soy Anónimo
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Si me lo recuerdas no lo dije.
Si me dices que lo dije, responderé que jamas lo he hecho.
Que quede en el anonimato.
Un día conocí a un señor por medio de una página llamada petardas, y decía que quería que se comieran a su esposa delante de él.
Entré a un chat y resultó ser de la misma ciudad; después de varias preguntas me dio un número de teléfono al que llamé y me contestó la mujer -su voz era muy linda- entonces me pregunta que si no tenía problema en que me vieran mientras lo hacía, cosa que nunca había hecho pero que en realidad no me importaba.
Le describí cómo iba vestido y fui a la dirección que me dio. Ella me dijo que me esperaría en la puerta pero no fue así: ¡¡quien me esperaba era el esposo!! me impactó el cuadro que vi e intenté seguir derecho, pero él reconoció mi manera de vestir y me llamó, entonces me acerqué.
El señor tenía por ahí unos 70 años más o menos; demasiado delgado, nariz aguileña y con acento argentino; con ojos azules, cejas pobladas y olor a cigarro muy penetrante, entramos y subimos en el ascensor. Me hizo la misma pregunta: si no me importa que el vea. Aclaró que era completamente heterosexual y que solo quería ver cómo se cogían a la esposa. Entramos al apto y me llevó a la sala, donde me contó que era sexólogo y que le gustaba mucho el tema, que tenía una esposa muy bella pero él no la podía complacer ya que a su edad ya era impotente, entonces quería que alguien la cogiera y el ver, porque así él por lo menos sabría con quién se acostaba.
El señor me tranquilizó ofreciéndome trago, pero no quise aceptar absolutamente nada -mi miedo no me dejaba- llamó a la esposa, quien me saludó también nerviosa, me dijo que le quería dar gusto al marido pero que no lo había hecho antes con un desconocido. Ella era una rubia alta, buenas tetas, no tan buen culo, cabello a la cintura, ojos miel, con algo de acné en el rostro, pero no se veía del todo mal. Tenía 25 años según ella.
Entramos a la habitación, ella se dirigió al baño porque estaba sudorosa. Él se prendió un cigarro y se sentó a un lado de la cama, y se empezó a desnudar. Yo me senté en la cama asustadísimo -sin saber que hacer- y vi en la mesa la tira de condones preparados. Mi corazón latía a mil en ese ambiente tan raro para mí. Ella salió del baño completamente desnuda, se veia su cuerpo muy bien formado y completamente depilado y mojado -me pareció muy excitante- llegó y se acercó a mí abrazándome y diciéndome que la ayudara, que estaba muy asustada. Yo también lo estaba, entonces ella empezó a tocármelo y a besarme , en poco tiempo me quite la ropa y empecé también a besarla, olvidándome del marido de ella. Me puso un condón y empezó a chuparlo con él puesto y el esposo me dijo que se lo metiera, entonces la puse en cuatro y empecé a intentar metérselo, pero no sé qué pasaba, si era el susto o el hecho de que el viejo ese mirara, que apenas lo intentaba se me bajaba el pene y no me quedaba con fuerza para meterlo, ella volvía a ayudarme. Al final cerré los ojos y se lo metí. Hice el movimiento como tres veces y me vine de inmediato, super precoz, pero más que todo por el miedo, no pude ni meterlo mas ni nada. Me dijo el viejo que fuera a comprar algo de comer y volviera, me dio dinero para hacerlo, yo salí súper asustado, compré una pizza y la dejé en la portería, no me atreví a subir de nuevo y me fui muy asustado.
Volví a ese lugar tres veces después de ese día. Fui una vez con una amiga y otra vez el viejo me llamó y tenía allá otra pareja lista. Me convertí por dos meses en un amigo especial, hasta que el cucho volvió a Argentina con ella y no volví a saber de ninguno.
De nuevo repito que no lo sostengo y si me preguntan yo no fui.
Anonim@
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