miércoles, 10 de marzo de 2010

No sé qué hacer

Hola. Esta semana una confesión. Ella pide consejo. En sus propias palabras ¿ustedes qué opinan?

-- Equipo Soy Anónimo
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No sabía si escribir esta historia porque no me gusta compartir con todo el mundo algo tan personal y porque es un ensayo que quiero hacer. Y no estoy segura de las reacciones que genere ni de las respuestas que encuentre.

Todo empezó en 2003 o, siendo sincera, desde antes. Él, mi primo, y yo, su prima; ambos de la misma edad. Por motivos de familias estuvimos separados toda nuestra infancia y nos reencontramos para un evento cuando ambos ya teníamos 16 años; hubo chispas, pero no las suficientes, ni el ímpetu para enfrentar algún tipo de contacto.

En ese año, 2003, yo viajé a su ciudad sola, buscando reconocer y pasear con la familia, él estaba de viaje y aprovechando la oportunidad yo me hospedé en su casa, en su cuarto. Regresó antes de lo esperado y nos dejaron compartiendo el cuarto. Una de esas noches compramos una botella de ron, coca cola y limones y nos sentamos en la cama a beber y a hablar. La conexión fue inmediata, ambos teníamos gustos similares, y después de unos tragos terminamos besándonos.
Me sentí mal, después de todo, además de ser un hombre muy atractivo, también estaba la sangre: era mi primo; si la situación no pasaba de los besos por las copas, perfecto. Pero si la situación se salía de control iba a ser una posición incómoda para todos. Decidí regresar al día siguiente a mi ciudad. El viaje había tomado otro rumbo y yo no me sentía en la disposición de afrontarlo.

Él llamó, hablamos horas por teléfono intentando desenredar lo que había pasado. A los tres meses él vino a buscarme. La “relación”, por llamarla de alguna manera, era simple. Nos veíamos cuando alguno tenía la oportunidad de viajar, la pasábamos muy bien juntos, compartíamos mucho tiempo, para la familia éramos los primos más amigos, para nosotros dos, además de amigos y primos, teníamos derecho a comernos a besos.

El sentido cambió cuando él entabló una relación con una niña de su ciudad, a mediados de 2005, bastante seria. Nosotros no teníamos nada concreto aparte del lazo familiar, pero otra persona en medio de los dos me dejó triste. Al ser una “relación a distancia” tomé más distancia y empecé a dejar de ir a su ciudad y a salir con alguien en la mía. Al parecer esa “igualdad de condiciones” benefició el seguir igual cuando finalmente tuvimos la oportunidad de vernos. Fue una reunión familiar inaplazable, él fue con su novia, yo fui sola porque no quería incluir a la persona con la que salía en mi familia, la adrenalina de darnos besos en un ascensor y en la cocina, a sabiendas de que toda la familia estaba en la otra habitación, y de su novia, incrementó la intensidad de las cosas.

Él consiguió un trabajo en mi ciudad, igual su novia. Su relación estaba muy estable. Pero a pesar de eso seguíamos viéndonos, no sólo en reuniones familiares. También buscábamos la forma de salir y darnos besos. Se convirtió en una especie de adicción. Yo no había sido capaz de parar, y tampoco lograba entablar una relación estable con alguien. Tenía novios que duraban por mucho un semestre, y mientras intentaba con ellos hacer que algo funcionara, él estaba en el medio. No me atormentaba ni la culpa ni el cargo de conciencia, sencillamente cuando se daba la oportunidad de verlo lo veía, y cuando no, estaba tranquila en mis cosas.

Finalmente conocí a mi actual novio en 2007 y desde ese año me aleje de mi primo. He intentado evitarlo en todos los eventos familiares, aún con más veras puesto que en 2008 se casó con la novia de toda la vida y ahora tiene un bebé; sin embargo, mi novio salió de viaje y regresa en dos meses. Con mi primo nos vimos para el cumpleaños de otro familiar, no se pudo evitar la confrontación y no hubo besos, pero sí hablamos mucho de todo y de cómo la vida nos ha cambiado, pensé que iba a ser el final de la adicción a su boca, pero ayer, por cosas del destino, me encontraba haciendo una diligencia cerca de su casa, y justo él llamó. Su ahora esposa estaba de viaje con el bebé, y él quería hablar conmigo. Estaba muy cerca de su casa y me recogió.

Salimos, nos tomamos unas cervezas y hablamos de ambos, escuché muchas cosas que no sabía, sentimientos que ninguno había revelado. Inevitablemente terminamos besándonos como si fuera la primera vez que lo hacíamos. Me propuso ir a su casa vacía pero no fui capaz. Esta vez, a pesar de lo rico de sus besos, la culpa regresó como aquella vez en su ciudad natal. Me sentí culpable, culpable de mentirle a mi novio, y de estar en el medio de una esposa y un hijo. Ya no somos los adolescentes de antes, mi novio y yo pronto nos vamos a casar. Él quería que estuviéramos juntos como un acto de despedida. Yo no me sentí capaz y huí.

Mis amigos más cercanos que conocen la historia tienen opiniones encontradas. Unos dicen que lo que necesitamos es tener relaciones sexuales de una vez por todas para calmar las ganas y dejar ese asunto ahí, otros dicen que si vamos más allá de los besos, y nos gusta, podemos quedarnos ahí, y es aún más grave.

Yo no sé. No he sido capaz de tener relaciones sexuales con él en estos 7 años, por miedo, porque siento que sería involucrar mis sentimientos, y eso no quiero. Ahora no sé. Me gustaría. Para qué negarlo, ya me voy a casar, y pienso que podría ser de la forma como él lo ve: un acto de despedida. Pero... ¿qué tal nos guste tanto que sigamos ahí?
Cuando me case me iré a vivir a otra ciudad con mi esposo, a 8 horas de aquí. Ciudad en la que mi novio está en este momento concretando su nuevo trabajo. Eso implica que no voy a estar cerca de mi primo ni su familia. Entonces, ¿por qué no?

Yo no sé que hacer. ¿Ustedes que opinan?

Anónim@

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5 comentarios:

Dj_Zerok dijo...

Que le haga o sino la duda la va atormentar por mucho tiempo

Anónimo dijo...

hay muchos pros y contras, no se, soy de las personas que dejo pasar momentos, se siente incomodo, pensativo, pero nada, sigo bien conmigo mismo q es lo mas importante...

Unknown dijo...

Cierra tus ojos, imagina lo que podria pasar, mas alla del tema en si, analiza si podrias vivir con todas las consecuencias en los dos escerarios que planteas. Y obtendrás tus respuesta.

Anónimo dijo...

No compliques mas la situación. Si tienes tantas dudas es porque sabes que lo que estas haciendo está mal. En mi opiniòn si sigues con él vas a resultar lastimada y depronto lastimando a alguien mas. Sigue tu vida con tu novio y olvídate de esa relación con tu primo, vas a ver como lo olvidas rapidamente. Es mi consejo.

Unknown dijo...

wilde dice que la unica forma de liberarse de una tentacion es caer en ella. Y me parece cierto sino caes en ella la duda te atormentara ademas el sexo siempre tiene el enfoque qu le pongas si solo quieres sexo solo eso vas a tener. no creo que la ames creo que solo una adiccion a la situacion romantica, al misterio y esas cosas. Cuando se acabe el misterio todo se habra acabado

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