La hoja está en blanco, como mi mente.
Ella pensó en está analogía mucho tiempo, buscando un momento, una palabra que atravesara esa pared que había construido él, para no permitir que ella entrara en su vida.
Ella nunca pensó que él sería la persona que ella deseaba: Físicamente agradable a sus ojos, inteligente, interesante, buen conversador, seductor y sin ningún problema mayor que le embolatara la vida (lease: hijos, problemas legales, etc). Cuando lo vió por primera vez, no le dio mayor importancia, es un tipo más.
Pero, para su sorpresa, un día cualquiera tuvo la oportunidad de descubrirlo, alegrarse por eso y embarrarla completamente. Ella pensó que tragándose sus palabras, que mostrándole que podía ser libre y apasionada por un día, las cosas iban a empezar de forma extraña, pero bonita.
Cuando despertó en su cama se sintió en casa por la comodidad de su cama y porque la respiración de él dormido sonaba familiar, cercano. Ahí todavía pensaba que los tragos del día anterior, la conversación, los besos, la pasión…. Todo eso iba a tener un significado.
Después de varios días de infructuosa lucha por bajar ese muro que él había montado para no permitirle a ella ilusionarse con algo, ella lo comprendió y dejó de buscar ese momento. Su mente y su hoja quedaron de nuevo en blanco.
Anónimo
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