lunes, 7 de junio de 2010

Fue... pero aún lo es!

Era mi amigo de muchos años, e incluso era mi cómplice cuando me paraba en la tarima del colegio a cantar o recitar algún poema; no lo niego, de adolescente me encantó. Esa faceta de chico rebelde, del que lo que dijera el mundo le valía nada, y hasta se rumoraba en el pueblo que él tenía un misterioso pacto con el diablo; y yo, orgullosa de ser parte de su selecto grupo de amigos, de poderme sentar en la terraza de su casa a hablar y que la gente pasara por nuestro lado y le mirara con temor, odio o que se yo, y que me mirara a mí como la atrevida a sentarse con el supuesto 'satánico'.

Siempre fuimos buenos amigos, llegó el momento de marcharme a mi ciudad a continuar mis estudios de bachillerato, me fui con la promesa de escribirle cada vez que pudiera, y así lo hice, aunque tiempo después me enteré que ninguna de mis cartas le llegó; mi familia no veía con buenos ojos mi amistad con él, así que montaron todo un complot para retener cualquier correspondencia que yo enviara a su nombre, cosa de la que me vine a enterar después, y que hasta ahora ellos no saben que yo sé.

Mi vida dio giros, vueltas, pataletas, fracasé, triunfé, me caí, me levanté…. Y cada vez que podía recurrí a ciertas fuentes confiables y les preguntaba por él, me contaron que vivía con alguien, luego me dijeron que tenía una bebé con esa alguien… yo pues le recordaba con cariño y sí!, con ganas de verlo nuevamente y saber que pasó con su loco mundo; se me presentó la oportunidad de volver a ese pueblo y por varios días. Me fui a administrar el negocio de una tía, negocio que quedaba justo enfrente del suyo… llegué, miraba ansiosa hacía aquel local buscándole, hasta que en una de esas nuestras miradas se encontraron, él cruzó la calle, se acercó, me apretó fuerte contra su pecho y me dio un beso en la frente, solo me dijo: “pensé que no te volvería a ver más”… me quise derretir, pero no, yo diplomáticamente le dije que de igual manera estaba feliz de verlo, aunque lo único que mi mente decía era: “Dioss que bueno está”. Trataba de disimular que su mirada, que su cercanía, me ponían nerviosa… le ofrecí una silla y hablamos largo y tendido acerca de nuestras vidas.

Los días pasaron y poco a poco me fui dando cuenta que el tono de su mirada era distinta, era como un “me encantas” y obvio que el tono de la mía también cambió, era un: “a mi también”; una de esas tardes de tertulia, sin anestesia, sin preámbulos, sin rodeos, me dijo que era la mujer de la que siempre estuvo enamorado, que era su niña, su princesa; que nunca me dijo nada porque sabía que en ese entonces era un adolescente loco y que lo que menos quería era hacerme daño; que era el amor de toda su vida; juro que quise estamparle un beso pero recordé “vive con alguien… tiene una niña” y me frené; le confesé que también en esa época me encantaba y que ahora aún más… hubo silencio, me tomó de la mano y me entregó una carta y se fue; en esa carta explica como cual poeta todo lo que su corazón sentía y cuando a solas la leí, sentí ese amor.

Miradas iban y venían, hasta que un día me pidió un beso, yo accedí y quedamos en encontrarnos en uno de esos lugares oscuros del pueblo, donde nadie nos viera y solo la noche fuera testigo. Llegué a la hora pactada, ya él estaba ahí… medio cruzamos palabra; las manos me sudaban, no era capaz de mirarle a la cara, me preguntó algo y yo respondí mirando el suelo; cuando de repente sentí su mano tomándome de la cintura y su otra mano levantando mi cara, cerré los ojos y sus labios se fundieron con los míos, le abracé fuerte como queriendo retenerlo a mi lado, nos miramos reímos, no soporté le tomé de la camisa y le dí otro beso…

Esa cita se repitió otra vez. Ya para está ocasión estaba menos nerviosa, apenas nos vimos nos tomamos de las manos y nos abrazamos, era una mezcla de nostalgia, de amor, qué sé yo… hubiésemos querido permanecer así… me repetía una y otra vez al oído que era el amor de su vida, que nunca iba a amar a alguien como me amaba a mí, yo solo alcancé a decir un “Te quiero” pero de esos que salen del alma como sí fuera un ultimo aliento de vida, puso sus labios sobre los míos, nos besamos lento, como queriendo degustar cada segundo, como queriendo que nunca acabara; sus manos rozaban mi espalda, mis manos imitaban sus movimiento; ese día nos miramos como nunca antes lo habíamos hecho, ese día solo la nostalgia invadió nuestro corazón.

Poco tiempo después me citó a otro encuentro, esta vez también sin preámbulos como cuando él me declaró su amor, le dije que no, que no estaba bien que siguiéramos en esas; él mal o bien había decidido formar una familia y yo, aunque fuese su amor, no me iba a meter; él solo me respondió "está bien, te entiendo, gracias por darme algo de ti, te voy a querer hasta que seamos bien viejitos, ahora solo te pido, enamórate, cásate, sé feliz con alguien que te dé todo lo que yo no puedo, ama libremente, porque no mereces un amor a escondidas" …

Volví a mi ciudad, de vez en cuando me llama y hablamos como los grandes amigos que somos, pero siempre queda ahí en el silencio eso que solo él y yo sentimos.

_/C
.............................................................
Próximamente: "Mi confesión"

Recuerda:

La cuenta que puedes utilizar para enviar tu historia anónima es:

Usuario: SoyAnonimoUser@gmail.com
PassWord: Anonimos.123

La cuenta a la que debes enviar las historias es:
BlogSoyAnonimo@gmail.com

2 comentarios:

carol dijo...

No entiendo porque los seres humanos o más bien los hombres (según lo que he visto desde mi papel de mujer) dejan que el amor de sus vidas se vaya por puros prejuicios o por puras suposiciones o peor por creer que tienen el poder para saber que va pasar... He tenido la oportunidad de conocer historias similares y aunque me parece muy bonito el relato y esos encuentros, creo que esa tensión que se genera en los dos es muy tentadora y deliciosa ... Preferiría ver historias donde el miedo a equivocarse o este y el arriesgarse a tener ese amor de la vida todos los días sería más lindo ...
Me gusto ;)

Anónimo dijo...

Yo tanbien perdi la virginidad a los 14 y el tiene 25 y yk si lo quiero

Seguidores no-anónimos