¡ Pero no soy gay !

Hola todos. Publicamos la historia de la semana.

Recordamos que las historias se respetan y se publican tal como son recibidas, excepto correcciones de estilo.

La encuesta se cerró, de manera que la idea es publicar historias al menos dos veces por semana, según disponibilidad.

¿Tienes una historia qué contar pero no te atreves? ¿La tienes atorada por ahí y no la cuentas por temor a ser juzgad@? Envíala y aquí la publicamos por ti. No importa el tema.

La próxima historia: "Me vieron por internet"

Gracias a todos por sus historias y sus comentarios. Salu2

-- Equipo Soy Anónimo

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Conocí en unas conferencias a un tipo muy interesante, por lo que decía, pero por su manera de hablar se le notaba la maricada.

Después de la conferencia lo encontré en la cafetería y hablamos del tema un largo tiempo con unos amigos, el tema se alargó tanto que al final nos quedamos los dos solos sin problema. Me convidó a unas cervezas en un local en la esquina de la universidad; como el tema estaba tan bueno y no había insinuaciones de ningún tipo, fuimos y las compramos continuando así con la amena conversación, y así las cervezas se convirtieron en dos botellas de aguardiente y la inevitable comida de empanada con aji para matar la borrachera (quien no lo haya hecho que lance la primera piedra)

Como ninguno de los dos podía conducir, decidimos compartir el taxi para que primero lo dejara en su apartamento y luego me llevara al mío, pero al llegar al de él los dos nos bajamos y entramos. Yo estaba muy ebrio y no le vi problema.

Al entrar fui a echar la típica orinada infaltable después de una buena pea, pero dejé la puerta abierta, la verdad con toda la intención de que el tipo me viera. Él entró y también sacó su pene para mear, el cual estaba algo parado. Yo seguí con los pantalones abajo y salí a la sala.

El man me siguió y me dijo que por qué no me vestía, yo le dije que quería una paja, entonces él también se los bajó y nos empezamos a pajear uno mirando al otro.

Yo no soy gay, ni marica, ni nada, pero había pensado en tríos y todo eso, como todos, pero en ese momento me entró la gana de saber qué se sentía que se lo metieran a uno y le dije. El man fue por un tarro de un aceite que, me imagino, es especial para eso; yo me volteé y tuve una sensación de dolor, como de ardor, como cuando uno se mete una cagada de esas grandes, estaba adolorido pero después se volvió algo placentero. Yo tan mareado que estaba sentía ese ardor rico, de eso allá metido, el man se vino, yo fui y me lavé, pedí el taxi y me fui para el apartamento.

No fue algo malo, fue algo placentero y no creo que vuelva a pasar. No soy gay, pero disfruté eso. Creo que experimentar no tiene nada de malo.

Anónim@

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