Los invitamos a seguir enviando sus historias.
Esta vez una mujer nos confiesa sus fantasías.
Muchas gracias a la autora.
Agradecemos sus comentarios.
-- Equipo Soy Anónimo
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Carajo...ni sé cómo empezar a escribir esto.
Soy de las mujeres que juran y re juran que nunca se fijarían en alguien menor, que no estoy en edad de "amamantar" y que no tengo paciencia para soportar inmadureces de "cagones"...tengo 34 y él 23.
Trabajamos juntos, EL estudiante universitario, YO profesional, con dos especializaciones y maestría a bordo. Las cosas comenzaron con un coqueteo simple, indagándonos la vida cuando estamos en grupo, con las preguntas típicas: YO: ¿rubias o morenas? EL: rubias.... YO: ¿flacas o con curvas? EL: flacas... en fin, sus respuestas apuntaban a la mujer 100% opuesta a mí, aunque siempre insistía que yo le parecía linda y que un hombre sería muy afortunado teniendo a su lado una mujer hermosa como yo (son sus palabras no las mías) Pero a pesar de sus "mensajes subliminales", sus actuaciones eran medio en contravía; decía que le encantaban las chicas de su Universidad, que eran todo-terreno, no como las mujeres que ya son profesionales y que se complican la vida con todo... en fin algunas veces me subía al cielo y otras me sumergía en lo más profundo del infierno.
Yo le dejaba claro -es mas, le insistía- que yo soy mujer de hombres mayores, de adultos, de hombres con una vida definida que saben lo que quieren (aunque soy honesta y reconozco que UN HOMBRE NUNCA SABE LO QUE QUIERE). Un día salimos en grupo a tomar unos tragos, no sé qué pasó, no sé qué bicho me picó, pero me he quedado mirándolo a los ojos con una lujuria que no me lo creo aún… y obviamente él lo notó. Comenzó disimuladamente a rozarme la espalda con sus dedos, luego de forma muy accidental ponía su mano sobre mi rodilla y me acariciaba suave pero rápidamente para que nadie lo notara. Eso me hacia erizar y humedecer.
Salimos del barcito TODOS, muy a mi pesar, y el lunes siguiente el man nuevamente contradictorio y hasta más seco de lo normal. Me importaba cinco pues pensé fue una cuestión de copas de los dos, así que sigo en mi posición de nada con menores. Otro día nos tocó casualmente quedarnos a trabajar en la noche, obvio él en su área y yo en la mía, pero inevitablemente coincidimos en el mismo lugar en un momento 100% sobriedad, pues estábamos trabajando. Lo más fuerte que habíamos bebido era café, así que comenzó la charla típica sobre los hombres que nos gustan a las mujeres y las mujeres que les gustan a los hombres. La cosa se fue calentando, los dos solos en la oficina… miradas que comienzan a desvestir almas y cuerpos… corazón palpitando a full…
Nos acercamos tímidamente pues soy “casi jefe suya". Me tomó de las manos… nos temblaban a los dos cual adolescentes en un encuentro furtivo (yo pensaba "ya soy una vieja no debo sentirme nerviosa"). No nos besábamos. No me atrevía a tomar la iniciativa a pesar que soy vaaaarios años mayor que él, quería comérmelo y no sólo a besos. Él me acariciaba el cuello y el pecho con su dedo índice… yo re-caliente, mojada mi ropa interior y mis tetas duras y puntiagudas. Él las perfilaba con su dedo y yo me excitaba más… obviamente noté su erección y su respiración agitada, pero aun nada de besos. ¿Qué está esperando? pensaba, mierda no me haga aguantar mas…. pero estaba petrificada y nada que podía yo tomar la iniciativa.
Seguía acariciándome las tetas delicada pero cabríamente; poco a poco nos fuimos acercando... cuando ¡¡sonó la puta puerta!! TOC TOC. Wra el conductor que venía a recogerme a la hora exacta que le dije que terminaría de trabajar. ¡¡Mierdaaaaaa!! se quebró el momento. El aire frío cundió la oficina, me fui a mi casa y de ahí no hemos vuelto a quedarnos sólos, aunque sé que los dos lo deseamos. Él ya no es tan frío como el lunes luego del bar. Nos miramos con complicidad, peleamos incansablemente. Cuando él llega yo me río, hablo más duro, coqueteo con los demás …él me mira con rabia, casi con odio… me dice "usted es una mierda" apenas gesticulando. Yo me río y me vuelvo la mujer más sociable del mundo, sobre todo con los hombres, je.
Pero las últimas noches no me ha dejado dormir la imagen, el recuerdo de aquella vez en la oficina. Me he tocado un par de veces pensando en él, aunque cuando lo veo en el día SIGO SIENDO AQUELLA MUJER QUE SOLO SE FIJA EN HOMBRES MAYORES…QUE NUNCA SALDRÁ CON UN “CULICAGAO”.
-Anónim@
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Próximamente: "Reconocimiento de cuerpos"
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4 comentarios:
Esta historia necesita una segunda parte... Cuando ya no se aguanten las ganas y cedan a la tentación!
Siiii. Deberian escribirnosla
Maestraaaaaa! nos cuenta el resto no? por favor.
Que historia tan emocionante.. confieso que yo era tambien de las mujeres que juraba no meterse con culicados peroooo es mejor nunca decir de esta agua no beberee ... porque me ha tocado tragarme las palabras tambien.
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